domingo, 29 de noviembre de 2015

Perfil del acosador






Perfil del acosador






Los estudios han arrojado que el fin del acosador es dañar psicológicamente a la víctima, lo hace para encubrir su mediocridad por el miedo e inseguridad que experimentan a nivel profesional, así que para desviar la atención optan por este tipo de comportamiento, pues se sienten amenazados su temor procede de la amenaza que supone para ellos el conocimiento por parte de la víctima de situaciones personales, irregulares, ilegales, etc. En la mayoría de los casos el hostigamiento se da de parte de los superiores hacia los subalternos, suelen buscar respaldo de parte de otros subalternos para molestar a la víctima; por ejemplo, aislando a la persona, obstaculizando, haciendo falsas acusaciones, con lo que se busca dañar y perjudicar a la víctima aprovechándose del puesto de poder jerárquico que ocupan; no obstante, el acoso laboral también se da entre compañeros y en menor grado de subalternos a jefes.


Perfil habitual de la víctima

De acuerdo con los estudios realizados las víctimas de acoso suelen ser personas envidiadas por sus características personales, sociales o familiares, por su éxito social, buena fama, inteligencia, entre otros. Asimismo, son trabajadores ejemplares, responsables, que se destacan dentro de la organización por su trabajo, con gran sentido de la ética, honrados, con un alto sentido de justicia y de valores inquebrantables que se niegan a participar o a colaborar en cuestiones que van en contra de sus convicciones. Son personas que actúan de buena fe, altamente capacitadas, líderes natos, con situaciones personales o familiares altamente satisfactorias. Otros factores pueden inferir son la juventud, orientación sexual, ideología política, religión, entre otros.





Algunas de las consecuencias psicológicas  y laborales son:
  
·        Deterioro de la confianza en sí mismo y en sus capacidades profesionales por parte de la víctima.
·        Proceso de desvaloración personal.
  • Somatización del conflicto: enfermedades físicas (por ejemplo, dolor de cabeza o síndrome del intestino irritable).
  • Insomnioansiedadestrésangustia, irritabilidad, hipervigilancia, fatiga, cambios de personalidad, problemas de relación con la pareja, depresión.
  • Creencia de haber cometido verdaderamente errores, fallos o incumplimientos.
  • Agresividad de la víctima con la familia.
  • Depresión y ansiedad.
  • Retraimiento con la familia y amigos.
  • Abandono de los amigos y rechazo por parte del entorno de la víctima, cansados de la "obsesión" con el problema laboral. «No te quejes, que nosotros no estamos mejor: el "puteo" va con el sueldo».
  • Estigmatización social en los sectores de actividad laboral próximos.
  • Salida de la víctima de la organización de manera voluntaria o forzosa.
  • Informes negativos y calumniosos a futuros empleadores.

Estrategias para superar el hostigamiento laboral

o   Identificar el problema del mobbing como tal: formarse e informarse sobre el problema.
o   Documentar y registrar las agresiones de que se es objeto desde el inicio.
o   Hacer públicas las agresiones que se reciben en la intimidad y en secreto y comunicarlas a compañeros, jefes, directivos, asesores, pareja, amigos y familiares.
o   Desactivarse emocionalmente: evitar reaccionar ante los ataques.
o   Controlar y canalizar la ira y el resentimiento, ya que la ira es la aliada del acosador: evitar explosiones de ira.
o   Hacer frente al mobbing: el afrontamiento hace recular al hostigador, que es cobarde en el fondo.
o   Dar respuesta a las calumnias y críticas destructivas con asertividad (sin pasividad ni agresividad).
o   Proteger los datos, documentos y archivos del propio trabajo y guardar todo bajo llave, desconfiando de las capacidades manipulativas de los hostigadores.
o   Evitar el aislamiento social: salir hacia afuera y afrontar socialmente la situación del acoso.
o   Rechazar la inculpación sin aceptación ni justificación mediante la extroyección de la culpabilidad.
o   No intentar "convencer" o "cambiar" al hostigador.
o   No caer en la inhibición: contar a otros el acoso. Hablar del tema del acoso, comunicarlo, escribirlo, relatarlo, etc.
o   Desarrollar la empleabilidad propia: incrementar la formación y capacitación profesional.
o   Solicitar desde el principio asesoramiento psicológico especializado.
o   Buscar consejo legal para hacer valer y defender los derechos propios.
o   Desarrollar la "autoestima autónoma" como vacuna contra el acoso.
o   Optar por el poder curativo del humor.
o   Permitirse llorar por el daño propio, como medio de desahogo.
o   Perdonar al acosador, como forma de liberación final.






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